Ordo Bonaerensis: en el año de su Vigésimo Aniversario de Restablecimiento
Nuestra Señora de Buenos Aires: esta advocación mariano-mercedaria tiene su origen en la ciudad de Cagliari (isla de Cerdeña), cuando en el año 1370 arribo a sus playas, llevada por las aguas, una caja conteniendo una hermosa imagen de Nuestra Señora con el Niño Jesús en un brazo y en el otro llevando una candela o cirio. Desde entonces fue venerada con el título de Bonaria, Buen Ayre o Buenos Aires, constituyéndose en protectora de navegantes y marineros.
De Cerdeña, posesión de la corona de Aragón en aquel entonces (hoy Italia), paso a España llevada por los marineros y navegantes, por los cautivos redimidos por los mercedarios y por las autoridades civiles y eclesiásticas que procedían de la península.
Fue así como en Sevilla tuvo su mayor arraigo dicha devoción en la Cofradía de mareantes españoles que, desde su vecino puerto, se hacían a la mar desconocida en frágiles naves con rumbo al nuevo mundo. Así llego a nuestras playas con la expedición de don Pedro de Mendoza, al fundar el puerto y asiento de nuestra futura gran capital Argentina, el 2 de febrero de 1536, le puso el nombre de Santa María del Buen Ayre al puerto, llevado por su devoción hacia la Madre de Dios y por los consejos de los dos mercedarios que lo acompañaban.
La Orden de Nuestra Señora, Santa Maria de Buenos Aires - O.S.M.B.A. - se desarrolló durante el tiempo de los Virreyes del Río de la Plata, siendo custodia de todos aquellos que se hacían a la mar hacia el nuevo mundo, integrándola Caballeros de enorme me fervor mariano; adormecida permaneció “in pectore et in potentia”, bajo el cuidado del Fuero de Hidalgos del Río de la Plata.
El 8 de diciembre de 2003 (día de la Inmaculada Concepción), la Orden fue restablecida por don Rubén Alberto de Gavaldá, renovando la fuerza, el empuje y el celo mariano de sus orígenes; colocándola bajo la protección del glorioso San Martín de Tours.
Durante estos años la Hermandad llego a diseminarse en el mundo entero a través de representaciones -llamados Grandes Prioratos, principalmente en América y Europa- que llevan la devoción a la Santísima Madre del Redentor en su advocación del Buen Ayre a diferentes comunidades del orbe.
La labor de la Ordo Bonaerensis es hospitalaria, basada en el decálogo de la deontología cristiana, fraterna y solidaria en su fuero interno y externo; realiza obras de caridad, difusión de la cultura y preservación de los valores católicos.
Es una O.N.G. argentina reconocida con Personería Jurídica, inscripta en el Registro Provincial de Organizaciones de la Comunidad de la Provincia de Buenos Aires. Su apócope es de "Orden de Bonaria" y es llamada también Ordo Bonaerensis y nada tiene que ver con otras asociaciones de parecido nombre.
La Orden se confiesa Hermandad Católica Apostólica Romana en comunión con la Sede de Pedro, leal y fiel a su Magisterio, siendo Ecuménica con las Iglesias históricas. Su actual Gran Prior Espiritual es S.E.R. Mons. Mario Olivieri, Obispo emérito de Albenga-Imperia.
La Iglesia Catedral Metropolitana de la Ciudad de Buenos Aires, templo especial de devoción para los porteños, tiene en el Altar del Patrocinio de la Ciudad destinado a Nuestra Señora de los Buenos Aires y San Martín de Tours, es lugar de privilegio en donde los Caballeros y Damas rinden especial culto a su Patrona y Señora.
Nos hallamos abiertos a vuestras inquietudes, sugerencias, etc., dejándonos interpelar por la realidad de este mundo tan convulsionado, y queriendo aportar valores nobles y perennes a una sociedad que, aun a veces sin saberlo, necesita imperiosamente de ellos.
El Patrimonio histórico-social de nuestra Orden es un Don y una Gracia, que Dios, a través de su Madre la Virgen de Buenos Aires, nos ha regalado, Don y Gracia que al ser tan grandes es nuestro deseo no guardarlo con exclusividad egoísta sino compartirlo, con un corazón generoso.
El Gran Canciller